De esta sombra de mundo me llevo
atado a las pestañas un sueño.
Manos como olas
manos como imanes.
Páginas que se doblan,
páginas que arden.
Y tú las ganas a todas,
solo tú, elegante, sabes
hacer que la canción
núnca mas acabe,
siempre cerca pero,
siempre distante.
Solo tú rompes,
y también creas
como nubes
todas mis ideas.
Siempre presente,
siempre, en el aire.
Brava, loca.
Rimbaud lo sabe.
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