Bajo la taza, miro, asiento y vuelvo a mi lectura, no hay lectura, siquiera calor en la nube emergiendo sobre mis mejillas, y eso es lo que te quería decir, no hay lectura, no hay calor, no hay humo ni siquiera café. No hay yo, si no hay tú, no. Todo fingido, todo.
Soy para ser en ti.
Sin querer, pero conscientemente,
te admiro.
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