Yo te diré un horizonte al que mirar
cuando tu antorcha se pierda en la niebla
y ya no brillen estrellas sobre el cielo.
Yo te daré la palabra que gritar
cuando solo en el frío estés
y ya ninguna compañía te temple.
Y juntos correremos las más insospechadas aceras
de estas calles de la vida.
Sobrevolaremos las cimas, si quieres,
si tú quieres.
Despeja tu corazón y déjame fluir con él
como briznas en el viento
soplaremos la niebla, ahuyentaremos el frío.
Ven con nosotros y libérate a ti mismo
en el calor de nuestra conversación
reiremos y gritaremos al amanecer.
Despeja tu corazón y déjame fluir en él
como si ya nada importase,
como si ya nada importase...
Y volverás a casa, amigo,
rota la camisa en las zarzas
y sin suela bajo los pies
pero limpio al fin.
Escúchame, compañero perdido,
escúchame, sea cual sea tu situación,
ven al camino, que yo te llevo
que recuperadas tus fuerzas
volveremos a caminar.
a mis colegas
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