no melodramas pues,
lento, llama seca...
(humanamente perfecto.
el disparate del mundo
y de la acción disparatada.
en la soledad del telefono,
y la culpabilidad de la vejez.
el remordimiento de la vejez.)
fuerte, tras la voz del telefono,
entre las sílabas tose,
entre las letras, entre las palabras,
tose por la vejez,
suplica en cada coma, punto, pausa. renglón.
fuerte, en la vejez,
en el mundo desplomado ante los arrugados ojos,
ya todo está,
ya todo pasó.
y en la soledad del teléfono
súplicas bajo el micrófono,
muy bajo, hondo y escavado.
y en la soledad del teléfono
hay contacto, frío y cálido.
hay silencio antes y después,
pero sobretodo después,
en el mundo en blanco y negro,
en la brisa marchita
y el edor putrefacto,
cada vez más aislamiento.
no merece la pena vivir.
.
.
.
si.
aquí entre el polvo, la edad,
el polvo de la edad
y el polvo que es la vida
sobrevolando algún lugar,
aquí guardo libros,
letras y poemas que núnca he leído,
aquí guardo estrofas de libertad
recluída,
de amor y desamor,
cuando en bosques corría,
gemía,
lloraba como lloré,
no hay sabiduría, digo,
solo vida vivida,
y fundente al fin,
como mercurio caliente
derramandose por la sien,
aquí guardo permanente,
mi última esperanza,
un réquiem de amor
de amor a mi,
mi gema escondida,
apego,
esperanza,
ironía.
lenta e imparable,
cómo podría yo... no
lenta e imparable fluye esta vida.
la llama lento seca,
no hay drama,
no hay melodía.
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