lunes, 15 de agosto de 2011

Padre, vuelvo del mundo que ayer me mostraste



Padre, vuelvo del mundo que ayer me mostraste.

Me he asomado a la ventana y sólo he visto un gran agujero
La luz entraba pero no salía
Sabes perfectamente que no hablo de la luz
La gente reía, la gente hablaba, la gente escribía.
No entiendo bien por qué me hería.
He comprendido lo bueno a partir del contraste con lo malo.
Algo no anda bien, pues no se abre a mi porque si.
no viene a mi como bueno o bello
sino como vacío hueco
entre todas estas nubes.

La gente se rie pero no entiendo.
Susurros sonrojan mis mejillas,
y hacen temblar mis labios.
Lágrimas brotan, pero no entiendo.
No soy dueño de mi cuerpo,
de nada,
no siento.
Te desvelo:
soy juguete de necios.

La rima brota, pero no es buena.
El vello se eleva pero ella no es buena.
Inventaron una palabra,
¿cual era?
Ripio
Se trata de leer y no entender.
Se trata de hacer comprender
que algo no tiene sentido
si así es mi parecer.

Se trata de desechar,
pues este mundo es rechazar
el propio mundo

Se trata de cuadrar
con mano temblorosa,
la circunferencia natural.
De hacerla encajar
en matemáticas mentirosas
para enseñar a amar,
a diferenciar bien y mal,
a no sentir, a no hablar,
si no es de algo "normal".
Lo siento, pero me declaro falaz.

Y ya te digo, he visitado el mundo
Y siento que algo cogea,
y siento que te faltaron días en la semana
para acabar cuanto comenzaste.
Y siento que te guíaste
ciégamente por una rama
del saber inexacta
quizá la ciencia
quizá la matemática
claro es que no fué aquella
que ilumina mis poemas.

No me creas, me equivoco
pues todo lo volcaste aquí,
oh tu, gran sabio.
Enterrado como un tesoro
bajo cuerdas de una guitarra
en garabatos sin decoro
en la forma de las plantas,
en las garras del oso,
en la nieve de la montaña
en el permanente sollozo
del arbol que se levanta.
Yo te adoro,
elevo mi alabanza
para que a los humanos
algún día abras los ojos.

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