garabatos sobre la piel,
trazos inciertos para definir
una vida en la incertidumbre,
incertidumbre
grabada irreparablemente sobre la piel.
querría ser linea recta, decidida
querría ser una obra acabada,
pero, ¿qué gracia tendría?
esbozo temblorosamente cada pequeña fachada
cada pliego que la luz muestra
de una escultura como la vida
que poco a poco se resuelve,
poco a poco enmienda sus errores
y resalta sola, de entre todos los intentos fallidos,
como una pieza verdadera,
y tal vez su verdad está en el trazo tembloroso,
en la incertidumbre y la repetición,
en lo inacabado del proceso, tendente siempre al azar.
tal vez la obra acabada no exista,
tal vez necesitemos un nuevo vocabulario,
tal vez sólo somos trazos inciertos entrecruzados y a flor de piel,
grabados en el mundo sin posibilidad de vuelta atrás
(sin necesidad de vuelta atrás)
o tal vez la vida se va dibujando poco a poco,
sin la presión de acabar en un punto específico
lenta, pero decididamente sobre unas mismas creencias.
tal vez algún día tengamos la suficiente distancia para comprender
todos y cada uno de los trazos en su conjunto,
de las pequeñas y grandes decisiones,
de los borrones y las excentricidades
y quizá en eso consista la verdad, o la ciencia del vivir.
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