jueves, 20 de octubre de 2011

She doesn´t know what she do




Se levanta tarde pero feliz,
pues el mundo se rinde ante sus pies.
Pequeños rosados pezones,
pequeña y plana,
todavía tiene que crecer,
todavía tiene que latir
en su delicado pecho
un techno three steps.


El mundo se rinde a sus pies,
libre y descalza, sucia
infinitamente atractiva.
El mundo la ve crecer,
entre ramas, helechos
y la cama sin hacer,
doce horas tiene el día
y no hay tiempo que perder.


La ves por la calle,
no es que la gente te llame la atención
salvo a saltos aquella que anda
corta y alisada, melena ardiente
se vuelve y te sonrie,
te sonrie,
pues el mundo se viene a sus pies,
bajo tres colores primarios,
tres colores primarios,
que son... lo olvidé,
mas si no dices nada
no creo que ni nos vea,
pues el cielo es azul,
amarilla la acera
y su vida violeta,
¿que más puede querer?


Inocente locura,
¿dejarás que el juego siga?
¿dejarás que los demás disfrazen las reglas
conformandolas a su interés?
¿se apagará la sonrisa
bajo la fría noche?
Pues la acera hiela
tu sangre de premujer,
tu sangre de perfume
a rosas y miel.
Exintas las monedas,
nada hay que perder,
que lo que otros quieran
no ha de ser de tu interés.

No, tu rechazas su juego,
de apariencias y falsas percepciones,
porque no te dejas caer,
¿y sabes qué?
Que haces bien.
Por eso el mundo está a tus pies.


Dormida no sabes cómo
pero el sol brilla otra vez.

Pequeña, no les dejes ganar.

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